El tráfico de oro, coca, madera y animales, es un negocio
que está acabando con nuestra selva Peruana. Diariamente se arrojan a los ríos centenas
de litros de insumos tóxicos, se deforestan cientos de hectáreas de bosques, y
se trafican con los pocos animales que hay, muy pronto no quedara nada, más que
el relato de que alguna vez existió una selva verde, llena de animales, ríos,
con sus hermosos paisajes del que se decía que fue el Paraíso de Adán y
Eva.
Ahora tenemos a los burócratas nacionalistas, padres de la
patria, que defienden a la minería informal basados en el derecho al trabajo, trabajo
que da de comer a pocos y enriquece a muchos.
Pronto la selva será una solo historia de había una vez una
selva verde para contar a nuestros hijos y nietos.
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